Enterrada en Vida

Ella era la pequeña muñeca de porcelana de la casa. Con sus ojos grandes, expresivos y almendrados, con la piel impecable y perfecta, con su pequeño cuerpecito que parecía haber sido esculpido para un hada de poderes místicos, y con su forma de hablar con la cual hasta el mayor de los insultos se oía dulce al salir de su boca, logró engañarlos a todos...aunque fuera por tan solo un instante.
Aún para la época en la que todo sucedió, ella era muy joven. "Tan joven y con tanto por aprender..." siempre repetía su madre. Por otro lado su padre fue tan inclemente como si se tratara del castigo de un extraño. La conclusión fue bárbara y brutal, realmente, sin razón de ser. La chica más linda, inteligente y amada del círculo, fue, enterrada en vida. Perdió la luz y perdió la esperanza. La dejaron sóla con su ser y nada más. Todo por una ilusión de la adolescencia.
Por su parte, ese hombre por quien su vida fue sacrificada, él, él, él no tuvo nunca la intención de herirla. Al menos eso decía. ¿Quién es capaz de creerle? Ella ya no. Huyó como una rata. Mentira. Él no huyó. Lo obligaron a irse, a dejarla. Él la amaba con todo su corazón, con toda el alma y con todo lo que un hombre puede amar a una mujer; sin embargo, la peor de las suertes la corrieron ellos el día que se conocieron. La misma historia de siempre, pero con más heridos de los que se acostumbra. Ella quedó embarazada. Y eso se lo hubieran perdonado, pero lo que no le perdonarían jamás fue el hecho que él, a quien ella amaba con todo su ser, fuera lo que era, un hombre nada más, sin nada más que darle que su amor, y que no pudiera darle otro regalo más que su vida.
Fernando. Así se llamaría el hijo de ellos dos. El producto de su amor. La causa de su separación. Ese niño nunca sabría la verdad. Sería criado como el hermano de su madre. Eso lo decidió quien era su abuelo. Sin poder para oponérsele ella aceptó con el corazón destrozado y por esa razón, ese hogar dejó de ser lo que era para convertirse en nada más que una casa habitada.

3 comentarios:

Carla dijo...

Hmmm... ¿Con qué puede amar un hombre a una mujer?

A. Amador dijo...

Vi una historia similar en uno de esos programas tipo CSI de Universal.

Y x cierto, estoy demasiado picado. Mismo apellido, misma carrera (economía)... nos hemos visto??

Unknown dijo...

Jaja pues ni idea, pero de hecho Amador es mi segundo apellido