El semáforo


El viaje fue placentero; al principio algo incómodo al ver que nos teníamos que sentar uno al lado del otro, pero poco a poco nos fuimos acoplando. La excusa fue el crucigrama, del cual aprendimos que ninguno sirve para tal, luego un momento de distancia mientras atravesábamos el Zurquí para que finalmente una verdadera conversación diera inicio gracias a la simple pregunta de "¿Qúe música escuchás?". Así lentamente nos fuimos conociendo hasta descubrir que después de odiarnos, o realmente, de que él me odiara, eramos dos personas con tantas cosas en común que un viaje de cuatro horas sólo nos dejaría dar una pincelada sobre todo aquello que nos gustaba, para quizá descubrir también que nos sentíamos a gusto estando con el otro.

Pasamos a dejar las cosas a las habitaciones, luego de pelearnos por las camas, lo cuál verán fue inútil, nos fuimos al restaurante de la esquina a comer Rice & Beans, que no era tan bueno como yo esperaba, y como siempre se lo terminó uno de mis amigos. Decidimos irnos a comprar la comida de las semana y una vez todas esas necesidades básicas cubiertas, nos fuimos a la playa a ver el atardecer, y a ver a nuestros amigos jugar, lo que nos hizo pensar que no importa qué edad tengan ni cuánto midan, los hombres siempre serán chicos.

En la noche como es costumbre nos quedamos escuchando música en la terraza de la habitacíon y tomando licor hasta embriagarnos. Jugamos Kings, y como fue poco después de mi cumpleaños al salir el cinco, mi amiga me puso una regla bastante traicionera, cada vez que ella tomara yo tomaría doble. Así sin darme cuenta, en un dos por tres estaba bastante mariada y con una risa contagiosa. Sin embargo, todavía tenía un juicio bastante bueno como para comprender que debía detenerme, y lo hice.

Al final, a las cinco de la mañana nos fuimos a la playa a ver el amanecer el cual resultó un fiasco puesto que nos sentamos del lado equivocado así que lo único que hicimos fue ver cómo se iba aclarando el cielo. Después de tal decepción, a las 5:40 nos fuimos a dormir. Entonces dos personas de cada habitación cambiaron de cuarto, de esta manera, nuestro plan de que cada noche una de nosotras dormiría en la cama individual y dos en la matrimonial empezó a fallar, en especial cuando entré a la pieza y vi a uno de mis amigos en mi cama, ya cobijado y dormido, así que decidí irme a donde ellos donde la galantería y caballerosidad de otro salió a relucir y me cedió su cama.

Pero creo que para apenas ir por las 6:00 a.m. del segundo día el cuento se ha hecho largo y no les he proporcionado nada para su verdadero interés; sin embargo, debo advertirles que no me corresponde a mi contarles esas historias más jugosas. No obstante saltaré a mi parte favorita del viaje, la noche del segundo día.

Él y yo estábamos hablando en la terraza mientras compartíamos un trago de Coca con Flor de Caña, y surgió la pregunta, una pregunta un tanto pícara, un tanto indiscreta, pero más que todo curiosa, "¿Una mujer angelical o malvada?", se me quedó viendo y sonrió, después me dijo que esa era una difícil, pero el momento fue estropeado por el destino y por causas en las que no entraré en detalles una de las camas matrimoniales de la habitación se quebró, sólo nosotros estábamos afuera, así que entramos a ver que había pasado, al ver tal escena todos nos reíamos al ver lo increíblemente dañinos que somos; ya la chispa que se estaba encendiendo una ráfaga nos la había apagado, entonces se me acercó al oído y me dijo quieto mientras la otra mano sujetaba mi cintura, "Malvada".

Esa noche fue la más larga de mi vida y esa fue la cama más grande en la que jamás he dormido. Compartimos una de las individuales porque de nuevo la desorganización de tanta gente ebria había concluído en dormirse donde más cerca le quedara y a los otros que todavía gozábamos del estado de sobriedad resolver cómo dormir. La cama quebrada también había quebrado nuestros intentos de cualquier cosa, así que esa noche ni siquiera un brazo llegamos a tocar del otro una vez acostados. Definitivamente, el hombre propone, Dios dispone y el Diablo descompone. Al día siguiente él se fue. Nos despedimos en la estación de bus y los demás nos quedamos disfrutando del mar y la arena, porque el sol se escondió detrás de las lloviznas ocasionales y el perpetuo cielo gris.

Al final de la semana volvimos. Fue extraño, primera vez que un hombre me deja pensando en él. Al padecer del síndrome de juguete nuevo nunca me he interesado realmente en nadie, pero él me dejó pensando, eso me preocupó. Entonces como siempre fui y seguí mi primer impulso, justo después de volver mi amiga y yo volvimos a salir. Nos fuimos a tomar pero ahora con unos amigos de ella.

Siguiendo mis instintos volví a mi casa con una marca en el cuello de un beso más que sexy, por dicha, sin verdaderos arrepentimientos. Pero sólo para percatarme que es verdad y que un clavo no saca otro, y que sólo porque se llamen igual no implicaba que iban a hacerme sentir igual.

Resultado, después de una extensa suma de eventos inesperados ciertamente, terminé con un clavito que no se quiere ir, con un ligero bronceado que apenas pueda sí se irá, con una marca en el cuello y con un secreto, el cual resulta ser el mismo que la marca en el cuello pero significa que no quiero verlo hasta que mi secreto se haya ido...No quiero estropear cualquier cosa que pueda traer el futuro, sobre todo porque todo ocurrió solamente gracias a un semáforo...

Shit happens

Me acabo de dar cuenta de una de esas cosas que cuando alguien se las dice a uno, uno enfurece pero cuando uno se da cuenta solo entristece. Me acabo de percatar que mi entrada de los Jacarandas y mi extraño descontento por estar sola, me lo debo a mi misma.
Sé que no soy un modelo a seguir, no me mido en muchas cosas y uso a la gente. Suena terrible, pero es la verdad. No a todos, claro está, pero sí uso a mucha gente solo para mi satisfacción, en un ámbito o en otro pero eso hago.
Y ahora mientras veía las fotos de los patos entendí algo que no importaba cuánto quisiera ignorarlo era la clave para hallar la solución. Estoy sola porque no quiero estar con alguien. Me he equivocado antes al decirlo, es el mismo sinsabor que antes pero varió la perspectiva.
Veía con tristeza a las parejas preguntándome por qué estoy sola y de repente me percato, no es estar sola lo que me deprime, sino la incapacidad que he sufrido de enamorarme.
He tenido la oportunidad de hacerlo y no lo he hecho. Con un, en términos generales, excelente candidato pude haber caído en el amor, y no lo hice, por qué, porque me aburría.
Sigo creyendo que fue por las razones correctas pero, de nuevo, otros candidatos mejores en otros aspectos, y no tan buenos en los demás, tampoco han despertado el interés en mi.
Nadie ha hecho que sienta el vacío en el estómago, ni que me suden las manos de la ansiedad, ni que me duerma pensando en él.
No soy una mujer de estándares imposibles de alcanzar, no pido belleza, inteligencia, dinero y que sea buena gente todo al mismo tiempo. De hecho solo pido realmente dos de esas cualidades, inteligencia y buena gente. Pero por alguna razón no he encontrado al Sr. Correcto. Nadie me llama la atención de manera permanente, así que sí, estoy sola, pero no por falta de ofertas como al principio me hice creer, sino porque soy una desgraciada, sí lo admito, que se aburre de la gente como una niña mimada con sus regalos viejos de Navidad.
Ahora si me preguntaran cómo es el Sr Correcto les diría: es alguien que me hace feliz, que habla conmigo hasta el amanecer y cada silencio que ocurre no es incómodo, es un hombre que me hace sentir segura pero no por las mismas razones que la demás gente busca ser segura sino porque sé que me entiende, sé que mis repentinos cambios de humor no lo asustarán, sé que no saldrá espantado porque me enojo más y más rápido que la mayoría de las personas, porque me entristezco más y más rápido que la mayoría de las personas y porque siempre me pregunto si ese es el punto máximo de felicidad o si puedo ser más feliz, porque realmente creo que estoy lejos de la sima.
El hombre perfecto no es el que me besa con pasión, sino el que entiende que solamente quiero que me abrace toda la noche. Es el que vive conmigo como si cada día fuera el último y aún así planea el futuro conmigo. ¿Cómo visualizo al hombre perfecto? Hoy es el que toma el tren conmigo aunque ninguno de los dos sabe a dónde se dirige, para luego bajarse en medio de la nada para ir al teatro. A la mediana edad tomando café los dos, viendo por la ventana mientras llueve, leyendo un libro y no sé, que sigamos siendo los mismos, los que pueden mirarse a los ojos sin dudar, los que salen sin saber a dónde van, los que no pueden pasar una noche sin el otro porque realmente es su otra mitad. Y cuando seamos viejos, escuchar las canciones que cuando jóvenes nos hicieron felices y volver a vivir con cada recuerdo.
El hombre perfecto entiende mi pasión por Edith Piaf y Serrat, música que me hace vivir. Entiende que nunca he estado en un mismo lugar y que él es el único lugar en el que me puedo quedar. Para mi el hombre perfecto es el que me hace sentir viva, el que hace que cada error no importe y no lo recuerde, el que me hace sentir como que cada problema tiene solución, porque a su lado sí la tiene, y el que hace que quiera quedarme quieta un insante para pensar y a la vez me motiva a actuar sin pensar y sólo seguir mi corazón.
Y mientras escribo todo esto me doy cuenta que es imposible que me enamore de alguno de los candidatos antes mencionados porque todos tienen un defecto, y es que mientras escribía tuve una epifanía y todo fue claro.
El Sr Correcto sí existe, y me hace sentir todo eso y otro montón de cosas que no sé como escribir. Pero el amor que siento por él es tan distinto que el que describen, no siento pasión y lujuria por él. Siento ganas de sonreír y de correr y comer cosas dulces. Con él las cosas aburridas y rutinarias de la vida como salir a hacer vueltas es tan entretenido que se convierte en un día memorable.
El Sr Correcto tiene nombre y apellido, pero como siempre en la vida de Laura es alguien que no debe ser. Y entonces termino con el mismo sinsabor que al principio pero ahora desde una tercer perspectiva que hasta ahora analizo.
Y el defecto que todos los demás tuvieron, su peor defecto, el imperdonable, el inignorable es que no son él. La razón por la que me mantengo a su lado y huyo del de los demás es porque él me hace sentir diferente a los demás. Me hace sentir viva.
Oh por Dios, cuando empecé a escribir esta entrada, creía que estaba sola porque no podía enamorarme y después entendí que estoy sola porque los candidatos no eran como los necesito para al final percatarme que sí siento todo lo que quiero sentir y todo lo que necesito, y que están en una persona, por desgracia, mi mejor amigo. El cual odia las computadoras y jamás leerá esta entrada...
Supongo que Carla tiene razón y ese nombre tiene algo especial...

Me niego a creerlo

No creo que la unión de los países latinoamericanos sea la solución para poder combatir nuestros problemas. No creo que la unión sea factible puesto que nuestra incapacidad para poder establecer un líder que no sea otro que nosotros mismos lo imposibilita. El latinoamericano tiene una extraña idiosincracia, se cree mejor que sus vecinos, tomemos a un chileno, se ve mejor que un argentino o un peruano, el colombiano que un venezolano o ecuatoriano y los mexicanos mejores que los centroamericanos. Siempre y cuando nos centremos en la esfera latinoamericana tenemos dónde ver hacia abajo; sin embargo, qué sucede con aquellos que no pertenecen a este mundo? es que en serio creemos que son mejores que nosotros?


El arte es mejor si viene de Europa, la música es mejor si viene de Estados Unidos y las costumbres son para enorgullecerse si vienen de África. El tradicionalismo está completamente aceptado si viene de Asia, pero qué pasó con nuestras costumbres? es que esas sí pasan de moda?


Aunque fue hace más de un año atrás hoy leí una noticia que me llamó mucho la atención en la que el presidente de la Fedefútbol de Costa Rica dijo imprudentemente "A México lo veo peleando un repechaje quizás". A pesar de que no respaldo el comentario, no ahora al saber que sí clasificó, sino porque uno no puede anticiparse así a los actos, lo que más me impactó fue la respuesta mexicana.


Si hay algo que admiro del pueblo de México es ese orgullo que sienten por su nación, el cual sale a relucir aún en los peores momentos. No obstante, creo que han pecado en esta ocasión de soberbios e ineptos, lo intento decir con todo respeto.


Después de esas palabras del presidente Eduardo Li, la prensa inmediatamente contestó, y contestó de qué manera. "Pinches negros son la misma basura, de Guatemala para abajo nos odian porque tenemos qué comer...", "El colmo de los colmos los bananeros ya se nos pusieron al brinco. Como decía mi compañero de abajo, los gringos los pasas...", "Debemos estar muy mal para que un diminuto costarricense que no ha ganado nada hable así de nosotros, ahora cualquier chango de Centroamérica nos falta al respeto..."


No puedo creer que en pleno siglo XXI todavía se den este tipo de respuestas, no puedo creer que en un país donde la influencia indígena es tan fuerte discriminen a sus vecinos por tener igual ascendencia. Me niego a creer que después de más de cinco siglos de haber sido invadidos, porque ese es el término que me parece más adecuado, por los españoles, nos sigan tratando de "Changos".


Quiero creer que todas esas palabras no fueron escritas realmente, puesto que si son ciertas, después de todo lo que hemos pasado, la xenofobia y el racismo siguen acechando a nuestra gente. Y no puedo evitar preguntarme, habrían dicho lo mismo de haber sido los gringos los que dijeran eso? es que el hecho de que no tengamos una liga más competitiva abre la puerta para que ellos nos puedan insultar de tal forma?


Sí, el comentario fue adelantado y fuera de lugar, pero sigo sin creer que la respuesta estuviera al mismo nivel que el comentario. Y a la vez me hace pensar, es que los mexicanos no tienen más de qué sentirse orgullosos que su fútbol que se tomaron tan a pecho las palabras de Eduardo Li? Y de esa pregunta sí sé la respuesta, y es no. La cultura mexicana es muy rica y bella, tanto arte como literatura, o en su cocina, pero es eso suficiente razón para menospreciarnos?


No veo ni siquiera en un futuro lejano que centroamericanos y mexicanos nos veamos como hermanos. No veo ni siquiera que los centroamericanos nos veamos como hermanos. Pero lo único que espero es que empecemos de una vez por todas a tratarnos con respeto. Qué tiene México para que se crean mejores que nosotros? Mi punto aunque puede ser mal interpretado, en ningún momento ha sido disminuir al mexicano, al contrario lo que intento decir es que somos todos iguales, venimos del mismo sitio y son solo detalles los que nos dividen.


También creo que falta solidaridad, si bien no espero que nos protejamos a capa y espada al menos se puede pretender que no nos ataquemos entre nosotros. No digo que la unión de todo Latinoamérica bajo una sola bandera sea la solución, tampoco lo pretendo. Pero por qué nos discriminamos tanto? Por qué nos apuñalamos así? Es que sólo podemos ser así entre nosotros? Bueno, me niego a creerlo, y si así somos entonces creo firmemente que podemos cambiar.