Shit happens

Me acabo de dar cuenta de una de esas cosas que cuando alguien se las dice a uno, uno enfurece pero cuando uno se da cuenta solo entristece. Me acabo de percatar que mi entrada de los Jacarandas y mi extraño descontento por estar sola, me lo debo a mi misma.
Sé que no soy un modelo a seguir, no me mido en muchas cosas y uso a la gente. Suena terrible, pero es la verdad. No a todos, claro está, pero sí uso a mucha gente solo para mi satisfacción, en un ámbito o en otro pero eso hago.
Y ahora mientras veía las fotos de los patos entendí algo que no importaba cuánto quisiera ignorarlo era la clave para hallar la solución. Estoy sola porque no quiero estar con alguien. Me he equivocado antes al decirlo, es el mismo sinsabor que antes pero varió la perspectiva.
Veía con tristeza a las parejas preguntándome por qué estoy sola y de repente me percato, no es estar sola lo que me deprime, sino la incapacidad que he sufrido de enamorarme.
He tenido la oportunidad de hacerlo y no lo he hecho. Con un, en términos generales, excelente candidato pude haber caído en el amor, y no lo hice, por qué, porque me aburría.
Sigo creyendo que fue por las razones correctas pero, de nuevo, otros candidatos mejores en otros aspectos, y no tan buenos en los demás, tampoco han despertado el interés en mi.
Nadie ha hecho que sienta el vacío en el estómago, ni que me suden las manos de la ansiedad, ni que me duerma pensando en él.
No soy una mujer de estándares imposibles de alcanzar, no pido belleza, inteligencia, dinero y que sea buena gente todo al mismo tiempo. De hecho solo pido realmente dos de esas cualidades, inteligencia y buena gente. Pero por alguna razón no he encontrado al Sr. Correcto. Nadie me llama la atención de manera permanente, así que sí, estoy sola, pero no por falta de ofertas como al principio me hice creer, sino porque soy una desgraciada, sí lo admito, que se aburre de la gente como una niña mimada con sus regalos viejos de Navidad.
Ahora si me preguntaran cómo es el Sr Correcto les diría: es alguien que me hace feliz, que habla conmigo hasta el amanecer y cada silencio que ocurre no es incómodo, es un hombre que me hace sentir segura pero no por las mismas razones que la demás gente busca ser segura sino porque sé que me entiende, sé que mis repentinos cambios de humor no lo asustarán, sé que no saldrá espantado porque me enojo más y más rápido que la mayoría de las personas, porque me entristezco más y más rápido que la mayoría de las personas y porque siempre me pregunto si ese es el punto máximo de felicidad o si puedo ser más feliz, porque realmente creo que estoy lejos de la sima.
El hombre perfecto no es el que me besa con pasión, sino el que entiende que solamente quiero que me abrace toda la noche. Es el que vive conmigo como si cada día fuera el último y aún así planea el futuro conmigo. ¿Cómo visualizo al hombre perfecto? Hoy es el que toma el tren conmigo aunque ninguno de los dos sabe a dónde se dirige, para luego bajarse en medio de la nada para ir al teatro. A la mediana edad tomando café los dos, viendo por la ventana mientras llueve, leyendo un libro y no sé, que sigamos siendo los mismos, los que pueden mirarse a los ojos sin dudar, los que salen sin saber a dónde van, los que no pueden pasar una noche sin el otro porque realmente es su otra mitad. Y cuando seamos viejos, escuchar las canciones que cuando jóvenes nos hicieron felices y volver a vivir con cada recuerdo.
El hombre perfecto entiende mi pasión por Edith Piaf y Serrat, música que me hace vivir. Entiende que nunca he estado en un mismo lugar y que él es el único lugar en el que me puedo quedar. Para mi el hombre perfecto es el que me hace sentir viva, el que hace que cada error no importe y no lo recuerde, el que me hace sentir como que cada problema tiene solución, porque a su lado sí la tiene, y el que hace que quiera quedarme quieta un insante para pensar y a la vez me motiva a actuar sin pensar y sólo seguir mi corazón.
Y mientras escribo todo esto me doy cuenta que es imposible que me enamore de alguno de los candidatos antes mencionados porque todos tienen un defecto, y es que mientras escribía tuve una epifanía y todo fue claro.
El Sr Correcto sí existe, y me hace sentir todo eso y otro montón de cosas que no sé como escribir. Pero el amor que siento por él es tan distinto que el que describen, no siento pasión y lujuria por él. Siento ganas de sonreír y de correr y comer cosas dulces. Con él las cosas aburridas y rutinarias de la vida como salir a hacer vueltas es tan entretenido que se convierte en un día memorable.
El Sr Correcto tiene nombre y apellido, pero como siempre en la vida de Laura es alguien que no debe ser. Y entonces termino con el mismo sinsabor que al principio pero ahora desde una tercer perspectiva que hasta ahora analizo.
Y el defecto que todos los demás tuvieron, su peor defecto, el imperdonable, el inignorable es que no son él. La razón por la que me mantengo a su lado y huyo del de los demás es porque él me hace sentir diferente a los demás. Me hace sentir viva.
Oh por Dios, cuando empecé a escribir esta entrada, creía que estaba sola porque no podía enamorarme y después entendí que estoy sola porque los candidatos no eran como los necesito para al final percatarme que sí siento todo lo que quiero sentir y todo lo que necesito, y que están en una persona, por desgracia, mi mejor amigo. El cual odia las computadoras y jamás leerá esta entrada...
Supongo que Carla tiene razón y ese nombre tiene algo especial...

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