Rosa Pastel

Te miro, me mirás, empezamos un juego curioso de miradas que no tiene remedio. Me pregunto cuando dejará de funcionar. Tengo la seguridad que me querés, tus ojos lo demuestran a pesar de que tus labios no lo digan. Con una facilidad increíble creo lo que me decís con esos ojos de avellana siceros y tiernos que tenés, y poco a poco me entrego a tu cariño y amor. Poco a poco porque tengo miedo me dejo dormir entre tus brazos y de la misma manera lentamente despierto al otro día sólo para encontrarte a mi lado con esa horrible costumbre tuya de verme dormir.
Te lo advierto ahora antes de que sea muy tarde, mi mayor virtud es mi peor defecto. Tengo la costumbre decir la cruda verdad sin lubricantes. Si siempre fuese lindo lo que tengo para decir no habría problema, la cuestión radica en que no siempre todo es lindo. Pero por alguna razón sucede que desde que te conocí, las cosas "feas" por decir se volvieron dispensables.
Antes de conocerte, al ir al supermercado por mi casa cuando la cajera de la voz chillona era la única atendiendo prefería volver más tarde con tal de ni siquiera verla y mucho menos oírla, pero desde que estás vos hasta eso que significaba un sacrificio tan grande se ha vuelto una nimiedad, ahora hasta la saludo cuando me la topo incluso fuera del supermercado.
No sé cómo, pero me has vuelto una mejor persona. Una persona que se preocupa por los demás y que genuinamente le interesa su bienestar. Una persona que le sonríe a los desconocidos y juega con los niños. Una persona que habla con extraños y se hace amiga de cualquiera con el que comparta un espacio. Una persona que ya no espera a que sea Navidad para dar regalos, y que ahora los reparte sin excusa. Una persona que entrega su corazón porque espera que todos realmente estén llenos de buenas intenciones. Una persona que cree que todos son capaces de dar algo bueno de sí mismos.
Lo que has hecho conmigo es algo terrible. Me has expuesto al mayor de los riesgos. Por eso te tengo que dejar. Me has encapsulado en una espantosa burbuja. Me hicistes creer que el mundo es color rosa pastel. Has destruído todo lo que me costó tanto construir. Te dejo porque sos un desubicado que cree que este mundo se puede salvar y que la humanidad es algo bueno por naturaleza. Estás loco y me estabas arrastrando a esa locura, por esto te dejo.

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Automáticamente, sin pensarlo, y sin saber qué escribir me dirigí hacia "Crear Entrada", ahora estoy acá, con la mente en blanco y lo único que se me viene a la cabeza es declarar el luto que siento hacia una persona muy querida que ya no está entre nosotros y merece una entrada en mi blog por tratarse de mi persona favorita en su gremio.

Siempre recordaré las palabras de la hija de mi primo mayor la cual tiene cuatro años y se me acercó ayer y me dijo "¿Sabías qué? ¿Sabías qué? Tía Maga se fue al cielo, eso me dijo Daniel.". Entonces después de las reconfortantes palabras de Ximena que espero nunca olvidar, me quedo tranquila pensando que es verdad y ella me ve desde el cielo y sonríe pensando que la Cabrita sabe que está mejor...