Mi alma ya no perturbada

Hace dos días era uno de los peores días de mi vida, ayer fue igual o peor de malo, la diferencia con el día de ayer fue que se disfrazó de alegría y sonrisas, y un apodo... En fin, ayer mis amigos creyeron que tuve un buen día pero la verdad es que fue sólo porque tengo un talento casi inmejorable para esconder mis emociones... Sobre todo lo que me duele...
Hoy. Hoy sí es un buen día. Siento dolor. Por dicha siento ese dolor. No tienen idea de lo cuanto que esperé sentir ese dolor. Ese dolor hizo que me volviera el alma al cuerpo. El dolor me hizo sentir viva. Sentirme viva hace que me sienta feliz. De esta manera, el dolor indirectamente me hace feliz, en términos generales. Hoy, no. El dolor hoy sí me hace feliz. Nadie nunca se sintió tan feliz del dolor como hoy estoy yo.
No pretendo que me entiendan. No lo digo por creer que escribo confusa y profundamente. Lo digo porque sé que no me pueden entender porque no me expliqué. Pero espero les baste saber que hoy es un día memorable en la vida de L. Patricia C. Amador.
PD: Definitivamente un día nos puede cagar la vida. La vida sí es para vivirla hoy, pero responsablemente. Se los dice alguien que estúpidamente hizo más de lo que su cuerpo aguanta, y mucho mucho más de lo que su alma soporta...
Consejo: La felicidad es paz. Encuentren lo que les da paz.

2 comentarios:

Carla dijo...

Hmmm... "La felicidad es paz. Encuentren lo que les da paz."...

En mi mundo loco-lógico-matemático-filológico, eso sería más bien "La paz es felicidad." O sea, la paz es felicidad, ergo, hay que buscar la paz para ser feliz... Porque si no, nada más lo que se tiene es paz, no felicidad, porque la felicidad implicaría paz pero no a la inversa.

Ok, pégueme.

Superchick dijo...

Yo noté algo parecido, pero en Inglaterra es una semana antes de Pascua, creo. Buneo, algo así me dijeron :P