Mi querido Fernando

Con los ojos empapados miraba hacia el cielo
en esta casa se guardaba un secreto
tan profundo tan silencioso que era ya olvidado.

Una puerta cerrada por dentro
destrozada por fuera.
El hilo rojo lo traicionó al escapar de allí.

La señora de perladas facciones no lo comprendía
"no es el orden natural de las cosas
y menos partir sin decir adiós"

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