Cambió algo? Creo que sí...


Generalmente, cuando uno llora mucho queda cansado, con ganas de seguir llorando porque ya no sabe qué más hacer y de repente sin darse cuenta, los ojos ya no pueden más, el pecho siente un ahogo extraño de tanto sollozar y lentamente nos quedamos dormidos.
Llorar es algo raro que de manera insospechada nos libera a la misma vez que nos encierra. Las lágrimas lejos se encuentran de hallar soluciones, más aun de resolver los problemas por sí mismas, pero cuando nos despertamos al día siguiente, cuando ya el cuerpo se ha recuperado, tenemos dos opciones, la primera, decirnos a nosotros mismo que ya todo se puede volver a empezar, o la segunda, "Mierda, estoy hinchada con ojos de camarón y todo sigue igual..."
En verdad estamos lejos que todo sea igual, tal vez algo cambió, de hecho, algo cambió, se siente un peso distinto, una mayor densidad entre los pulmones, como si de repente el aire fuera espeso y turbio, los ojos están secos, se sienten secos, pero están vidriosos, quizá con un poco de esfuerzo pueda llorar más... Algo cambió, tal vez, puede ser, existe la probabilidad, halla cambiado el corazón, quizá ese es el que se aligeró, quizá ese perdió todos esos grilletes que le mantenían apenas con fuerzas. Te sentís raro, definitivamente, pero eso solo fue el resultado de una noche de llanto. Desesperanza que de alguna manera se convierte en una perspectiva de poder volver a ser feliz. No es felicidad es solo una puerta, que si se logra atravesar es capaz de enseñar que al otro lado sí está una forma de ser felices.

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