La Dealer

A veces nos enamoramos de lo absurdo. Entre más sin sentido más nos atrae. Es como ese chico que resulta atractivo por lo increiblemente primitivo que es. Es como esperar que haya un halo alrededor del Sol...

Fue como aquella vez que me enamoré de aquel escritor sin saber nada más de él que sus publicaciones. Es como enamorarse de una persona basados en la concepción que tengamos de esta y sin que importe realmente nada más que nuestra opinión. Me dijo que tengo una concepción del amor errónea. Me dijo que veo el amor desde la perspectiva del dolor.

A veces somos tontos y nos enamoramos sólo para ver cómo olvidamos. A veces somos idiotas y nos fijamos sólo en aquél que no nos corresponde. A veces somos ciegos que no vemos cuando quién verdaderamente nos ama se encuentra al frente, y a veces somos sordos porque no escuchamos sus gritos al decirnoslo.

La Dealer me advirtió que todo esto sucedería. Me dijo que era sólo cuestión de que yo quisiera puesto que el uniforme ya tiene mi nombre sólo hace falta que yo decida ponerme la camiseta. Ella me dijo quién me ama y qué debo hacer; sin embargo, no sé qué hacer.

Cuando ella habla sólo la verdad brota de sus labios. Pero cómo creerle si me dice que es sólo que yo diga que sí cuando veo que no me quiere. Cuando veo que lo demás es prioridad antes que yo. Lo siento, la Dealer podrá saberlo todo. La Dealer podrá haberlo visto en las cartas pero él no me corresponde.

Además por otro lado, justamente no hay otro lado así que no me diga lo contrario. Veredicto, Dealer fallaste. No me hace feliz la resolución pero la tomo como cierta.

Entonces que alguien me conteste ¿por qué de entre todos los seres no podía ser yo?

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