La equivocación

Todo indicaba que era uno de esos días en los que se prestaba para ser feliz. El clima era perfecto, vientos ligeramente huracanados golpeaban las palmeras del jardín del frente, mientras ella jugaba con la idea de que la alegría tocaría hoy a su puerta.
Había concursado por un puesto, no muy importante para la compañía pero sí importante para ella. De repente sonó el teléfono, inmediatamente supuso que serían ellos informándole que sería contratada. Cuando contestó, la voz de la secretaria, un poco disgustada y un poco herida le dijo que no había sido electa para el puesto. Ella sólo logró articular "Por qué?". Fue ahí cuando la secretaria dio a entender su tono herido y siendo breve pero bastante concisa le dijo que ella sabía cómo eran esas cosas, y que un muchacho había sido contratado en vez suyo, ella quizá por su ingenuidad o quizá porque en ese momento no podía creer que hubiese un concursante que tuviera mejor curriculum que ella, se quedó callada, y la secretaria respondió a su silencio diciéndole "Sé que es injusto, pero estos viejos creen que el trabajo es para un hombre..."

Después de esto, ella se despidió de la secretaria, agradeciéndole la solidaridad y cortó la llamada. Minutos después lo vio aparecer por el jardín, habían sido novios por dos años, dos años que habían sido necesarios y suficientes para amarlo pero también para que la conociera. Al verlo llegar no supo cómo decirle que no había conseguido el trabajo y sólo logró descargarse en él gritándole y pegándole pequeños puñetazos en el abdomen, diciéndole que todos los hombres son unos cerdos, desgraciados, incapaces de valorar lo que tienen al frente.

Cuando él escuchó estas palabras, empalideció y suspiró, con la voz entrecortada logró hablarle "Lo siento, nunca quise que te enteraras así, te juro que ella no significó nada para mi, te amo.". Al terminar de decirlo ella estaba paralizada viéndolo directo a los ojos, más seria de lo que jamás creyó poder estar y le respondió "Yo hablaba del trabajo..."

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Tres intiresno, gracias