No hay nada que nos dé más miedo y ansiedad que algo inesperado. Cuando un fantasma del pasado aparece de la nada sólo para robarnos el sueño. Porque justo cuando ya uno creía que lo había olvidado, llega como si se tratara de una situación casual no premeditada.
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El mayor problema que enfrenta el hombre es la pérdida. Porque en el sentido práctico de la vida, el antónimo del amor no es el odio, es la pérdida. Cuando uno ama a alguien no teme que esa persona lo llegue a odiar, eso suena improbable, no todos somos los Rose, entonces, a qué le tememos... Tememos que nos abandonen y que se den cuenta que siempre hay algo mejor en el mundo... Tememos de no tener ese apoyo y esa mirada, que ahora ve hacia el suelo y no dice nada...
Eso es lo que sucede con el humano. Es parte de nuestra naturaleza. Pero me pregunto que será más aterrador, convertirse en el fantasma del pasado, horrible y el gatillo de la ansiedad, de alguien que amamos, o, ser perseguido por uno de esos fantasmas?
No sé que me daría más miedo pero creo que los dos escenarios en sí, son bastante espeluznantes de todas formas.
1 comentarios:
Para mí está claro que ser el perseguido es peor que ser el perseguidor... Pero todos tenemos fantasmas, y más fantasmas tenemos aquellos a los que nos da por escribir, que las letras de nuestros blogs son alimento fantasmal la mitad del tiempo...
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