Siempre creí que era un juego cursi en el que participaban los despechados. Siempre creí que era una forma de hablar. Siempre creí que era cuestión de poetas. La verdad es que es cierto. Es como un vacío de los pies a la cabeza. Es como un baldazo de agua fría al despertar. Es como un ser querido muerto en Navidad. Es como lluvia en el día de tu boda. Es como el nacimiento de un muerto. Es como un desconsuelo que no se puede dejar atrás. Es como sobrevivir a la guerra y que te atropellen frente a tu casa. Es como borrar la respuesta correcta. Es como hacer siempre el bien y descubrir que no existe el cielo. Es como que te regalen algo que odias. Es como que te bese y diga el nombre de ella. Es como irse a la cama acompañado y despertar solo. Es como que te choquen el día que estrenás el auto. Es como oírlo decir que te ama y ver en sus ojos que miente. Es como que tu novio te engañe con tu mejor amiga. Es como que besa a otra frente a vos. Es como que él sepa que te tiene en la palma de la mano, y prefiera a la que no lo quiere. Es como que todas las lágrimas no bastan para calmar el dolor. Es como quedar suspendido en un limbo de heridas y tristeza. Es como descubrir que nunca estuvo pensando en uno. Es como todo eso y mucho más. Así se siente que le rompan a uno el corazón. Sí es cierto. Todo eso y mucho más es lo que se siente. Y saber que está pasando el dolor, pero en el momento en que lo veás todo va a volver a caer por su propio peso hasta dejarte un vacío que te absorbe y es mil veces más fuerte que vos. Eso es que le rompan a uno el corazón.
1 comentarios:
Completamente de acuerdo. Ouchie. Been there, done that...
¡Y no es que me hubiera olvidado del blog! Nada más lo he estado visitando en las tinieblas...
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