Salir de este mundo parece más fácil cuando no hay razones que lo aten a uno. Vivir aquí o allá parece indiferente cuando lo que importa es dónde reside el corazón. Si mi corazón es tan libre como mi alma lo siente entonces... Entonces no sé dónde está, sé que no está donde estoy yo porque no amo nada de lo que estoy haciendo pero es culpa mía por dejarme manipular por una sociedad de la que sé carece de sentido.
Pero siempre es sobre mi... Es como si no me cansara de escribir sobre mi misma. Mejor mando todo a... Mejor me olvido de todo y comienzo la historia de la que sólo he querido ver como termina sin ánimo ni coraje para ver su principio.
Ella era ese tipo de mujeres un tanto indescriptibles. Era la combinación de lo que no se sabe decir lo que es. Ella podía dar el mundo con una mirada y quitarlo con la misma. Si ella hubiera sido lo suficientemente capaz de comprenderlo, si ella hubiera sido lo suficientemente capaz de comprenderlo no se habría ido, quizá. Realmente esas son sólo especulaciones.
Pero si él no hubiera sido como fue. Él era el tipo de hombres que resultan fascinantes, más que inteligentes y por lo mismo, más que pedantes.
Sentada en la banqueta del parque admirando el cielo con la ilusión en la boca y la inspiración entre los dedos, sostenía su cabeza en el regazo. Ambos deseando estar juntos eternamente, porque el tiempo nunca les importó; sin embargo, una vez juntos era tan fácil verlos hastiarse del otro.
Seres caprichosos por definición. Seres que se amaban cuando estaban lejos y provocaban el desequilibrio mental cuando estaban juntos. Las voces de ella ya se habían ido, el doctor las había hecho desaparecer con una pastillita azul que tomaba a las diez en punto de la mañana, y la pastillita blanca del medio día era para que la pastillita azul no le provocara distorsiones de la figura humana.
Por otro lado, él ya no tomaba ninguna píldora ni nada por el estilo. No por eso quería decir que se había curado. Él, poco a poco había dejado de contar, el arroz, los árboles, las palomas, las niñas del parque, los carros rojos que no fueran taxis. Él ya había dejado de contar, pero seguía interno, por qué? Él ya no contaba, por qué no lo dejaban ir?
En fin podríamos derivar y desperdiciar las horas pensando en él pero como siempre, la historia no es esta. Como siempre me fui por la tangente en pequeños detalles que hacen de la historia un peso mayor del que se intentaba en un principio...
La historia no es del amor que se tuvieron, aun así no se soportaran. La historia no es de como no los dejaban salir de la institución. La historia no es de como llegaron ambos a parar allí. La historia es de como imaginaron ellos sus vidas.
Con la cara empapada, ella sabía que la vida que vivía no era la que le fue predestinada. Estaba llevando una vida vacía y premasticada. Estaba llevando la vida que le dijeron era la indicada, la que la estúpida sociedad le pedía. Entonces cuando empezó a escuchar su propia alma clamando por libertad y porque ella persiguiera de una vez por todas sus sueños, le diagnosticaron esquizofrenia. Sí porque en esta sociedad el que no calza está enfermo. El que no dice las cosas encubiertas como todos, es un tarado y el que cree todavía en que el ser humano es bueno por naturaleza, y este caso señoras y señores es el más escazo de todos, es considerado un soñador utópico.
El problema de la mayoría de los locos es que son incomprendidos. No están locos. Son distintos. Que aprendí a leer con el libro al revés. Que amo al hombre por el hecho de ser hombre (Entiéndase hombre como ser humano. Acordémonos que los limites del amor trascienden el género.). Que me gustaría conocer a cuanta gente me sea posible, es verdad.
Pero aquí estamos dos mujeres en lados completamente distintos del mundo intentando encontrar dónde se fue nuestro corazón e intentando hallar nuestra verdadera pasión. Negándonos a vivir una vida predigerida. Negándonos a enamorarnos de un hombre hasta volvernos a enamorar de la vida.
La vida es difícil. Pero peor debe ser si no seguimos lo que nuestro estómago, corazón, mente y alma indican. Una vez me dijeron que no tengo corazón. Es verdad, pero eso es solo porque todavía no lo he encontrado no porque no exista.
Lo siento, de verdad lo siento. De nuevo, al igual que siempre empecé conmigo, intenté desviarme y de nuevo terminé conmigo. Algún día, se los prometo, cuando me haya deshecho de mis espectros, escribiré algo digno de leer. Ese será el día en que sea libre. Mientras tanto, espero no se aburran de leer algo tan predecible como mis textos...
Como siempre, un consejo. La vida es ahora, no esperen que les llegue, tómenla por los cuernos y hagan de este su juego. No esperen vivir la vida prediseñada que nos dijeron.
2 comentarios:
Los fantasmas tienen esa mala costumbre de apropiarse de más de la cuenta.
Uno procura tomar el control pero ellos siempre resultan mas fuertes...
Publicar un comentario