Si la casa siempre gana, entonces, ¿por qué apostamos?

En la vida nos enseñan muchas cosas, tantas cosas, a veces, demasiadas cosas, y en ocasiones no enseñan muy pocas cosas. Nos enseñan a algunos que "el que no arriesga no gana" y a otros que "mejor pájaro en mano que cien volando". Y básicamente esas son nuestras opciones, todo o nada. ¿Un poco extremo no les parece?
Pero al final la lección es la misma, todo se trata de una cuestión de apuestas. O lo apostamos todo, apostamos a ganar, a arrasar, a derrotar, o no apostamos y somos espectadores. Esas son básicamente las dos opciones o ser espectador o jugador. ¿Pero por qué nadie contempla la opción de ser casa?
Yo no soy de esas personas que les gusta ver los toros desde la barrera, pero ¿será necesario que tenga que meterme al redondel con banderolas y todo? ¿Qué acaso no puedo ser la dueña del redondel? Decidir quién entra al redondel, escoger quién enfrentará al toro, y poner un precio a su entrada, esa me suena como la mejor opción.
Creo que nos han hecho creer que en la vida o seguimos las reglas o las rompemos, pero ¿qué sucede con los que queremos nuestras propias reglas? Y todavía aún mejor, ¿los que queremos que los demás se guíen por nuestras reglas?
Será que la vida sólo puede ser como entrar a un casino, ganadores y perdedores, pero al final quien se lleva la mayor ganancia es la casa. ¿Por qué seguir apostando si sabemos que la casa siempre gana?
Ahh cierto... la adrenalina. La adrenalina de jugar y ganar, un regocijo que sólo conocen unos pocos. Pero me pregunto qué podrá valer más la pena, ¿la adrenalina de ganar o saber que todos juegan con tus reglas? Y creo que queda claro que ser espectador realmente nunca es opción así que al final sólo digo, a la mierda el casino, ¿yo? yo soy casa.